La neurorrehabilitación es un arma terapéutica para una serie de procesos neurológicos que provocan trastornos del movimiento muy concretos: parálisis, ataxia y trastornos de tipo parkinsoniano. "El programa de neurorrehabilitación específico iniciado precozmente y realizado de forma intensiva puede ofrecer una mejoría en la evolución y una capacidad de recuperación mayor", ha asegurado José Obeso, que acaba de reincorporarse al Departamento de Neurología de la Clínica Universitaria de Navarra (CUN).
José Obeso, del Departamento de Neurología de la CUN: Considerado como uno de los expertos más importantes de España en esta área, será el encargado de impulsar un innovador proyecto de neurorrehabilitación en la CUN, hasta ahora inexistente en nuestro país, pero que ya funciona en Estados Unidos.
Su instauración implica un contexto no sólo clínico sino también científico muy amplio, en el que colaborarán fisiólogos, neurólogos, otorrinolaringólogos, logopedas y psicólogos, entre otros. Concretamente, la rehabilitación se centra en tres tipos de trastornos: parálisis, falta de coordinación y trastornos de tipo parkinsoniano.
Las parálisis más comunes entre la población adulta tienen su origen en una lesión vascular que provoca una trombosis, mientras que las más frecuentes entre los jóvenes se deben a accidentes que provocan paraplejias o tetraplejias.
Las estrategias de neurorrehabilitación también beneficiarán a personas con trastornos de la coordinación o ataxia. "Hay un subgrupo de enfermedades del sistema nervioso, que afectan principalmente al cerebelo, que cursan con una incoordinación que puede ser incluso más incapacitante que ciertas parálisis. Es una manifestación prevalente en jóvenes, puesto que su causa más frecuente son los accidentes, aunque también pueden deberse a enfermedades degenerativas".
Las personas que sufren trastornos de tipo parkinsoniano ni están paralizadas ni tienen incoordinación, sino que hay un problema de movilidad o torpeza asociado a rigidez y, por tanto, dolores provocados por la tensión muscular. Un último grupo reuniría a varios trastornos de movimiento a la vez.
La plasticidad y la repetición son los dos principios clave en los que debe basarse la rehabilitación de trastornos del sistema nervioso. "La existencia de plasticidad neuronal o la capacidad que tiene el sistema nervioso de adaptarse y compensar ante situaciones nuevas, en el caso de estos trastornos, implica una readaptación para compensar un déficit en una situación de disfunción. Hay evidencia científica de que el sistema nervioso, incluso del adulto, es plástico. Cuanto más compleja sea la función que se quiere compensar y cuanto mayor sea el individuo, más difícil es la recuperación, hasta el punto de que hay trastornos que no son rehabilitables a cierta edad o cuando ya no existe capacidad plástica cuando se interrumpen canales físicos seccionados, como la médula o el nervio óptico".
Apoyo tecnológico: Técnicas novedosas como el PET o la estimulación magnética han permitido comprobar que "tras una lesión las áreas no lesionadas adyacentes empiezan a cambiar de forma prácticamente inmediata, activándose en exceso e intentando modificarse y compensar la zona trastornada. Este proceso de replanteamiento del sistema nervioso tan activo sirve de base para una estrategia rehabilitadora". El plazo de tiempo para intervenir está definido, puesto que el sistema nervioso se acaba adaptando. "En una patología aguda es de meses; en una crónica todavía no lo sabemos porque es muy lento. Hay que buscar todos los métodos que aumenten ese proceso. Por eso, la repetición es el segundo aspecto clave de la neurorrehabilitación".
En caso de enfermedades neurodegenerativas, se intenta recomponer las zonas dañadas o que han perdido neuronas y de restituir las conexiones en las zonas en las que se ha roto el ensamblaje normal del sistema. "Actualmente, se trata de investigación pura sin aplicación clínica en la que se estudian otros factores como el crecimiento neuronal y estrategias más complejas como los trasplantes".
Procesos complejos: En las parálisis se está trabajando en varias direcciones: prótesis o by-pass para que los mensajes del cerebro lleguen a los músculos. Otra posible opción compleja es establecer un canal nuevo o puente axonal aplicando moléculas que exciten el crecimiento del axón. "En un programa de neurorrehabilitación lo más intenso posible puede ayudar al paciente a recuperarse hasta donde pueda, de manera que un día que se puedan trasplantar células madre no desarrolladas previamente diferenciadas".
Escasa atención: La rehabilitación de trastornos motores ha estado tradicionalmente despreciada. A juicio de José Obeso, "esta falta de atención obedece a dos razones: que el concepto de rehabilitación se ha desarrollado exclusivamente en patología locomotora dentro de la traumatología, y que, además, la rehabilitación neurológica ha carecido, hasta el momento, de doctrina".
El experto de la CUN ha insistido en que "lo que se sabe de fisiología del movimiento no ha cristalizado en la práctica rehabilitadora. El hecho de que conozcamos cómo nos movemos y nuestra capacidad compensadora nos permitirá poner en marcha una terapia neurorrehabilitadora teniendo en cuenta los principios básicos de lo que queremos recuperar. Se trata de hacer una rehabilitación motora basada en principios neurocientíficos del movimiento".
El concepto de neurorrehabilitación es muy amplio, ya que muchas enfermedades neurológicas graves suelen cursar con alteraciones de la memoria, de la capacidad de atención, del lenguaje o de la capacidad de razonar.
"La neurorrehabilitación comprende, además de la rehabilitación motora, la cognitiva e incluso emotiva. Esta parte requiere a su vez hipótesis de trabajo distintas y pluridisciplinares. No hay que cometer el mismo error, puesto que la neurorrehabilitación implica que hay que profundizar en el análisis del problema específico mediante técnicas adecuadas y precisas".